Una idea recorre Córdoba: transformar nuestra ciudad desde el municipalismo. Desde el año 2015, los partidos tradicionales han intentado dibujar el contorno de lo posible desde su comodidad, donde sólo se puede aspirar a pequeños cambios que no molesten a quienes de verdad tienen el poder; justo esos que nunca le tuvieron miedo al cambio de gobierno, y solo temen el cambio de las políticas. Temen, realmente, a la gente común, a la de abajo. Temen a la ciudadanía haciendo política, porque un Ayuntamiento municipalista solo estará al servicio de la mayoría.
La ciudadanía de Córdoba espera del próximo gobierno más consenso, más transparencia, y que el diálogo y la participación sean influyentes de verdad en las decisiones de nuestro Ayuntamiento. Nuestro vecindario quiere que su Ayuntamiento tenga como empeño más importante el empleo que permita vivir a la ciudadanía con sueldos dignos, que sus representantes cobren sueldos más parecidos a los de la mayoría, y que se acaben los privilegios por ocupar un cargo público. Más oportunidades de futuro, más diversidad y, sobre todo, que el motor de cambio llegue de la mano de la igualdad real.
Somos muchas las personas de esta ciudad las que aspiramos a que los pisos vacíos dejen de estar en manos de bancos y fondos buitre, a que la gestión de la energía sea pública y comunitaria, y a que los más poderosos comiencen a pagar impuestos, por fin. Somos muchas las personas que soñamos con una ciudad con más carriles bici y menos pelotazos urbanísticos, con más escuelas infantiles y auténticas políticas de cuidados a las personas, especialmente con esas que están en situación vulnerable, a los animales, a los ecosistemas que nos sostienen. Creemos en un espacio público al servicio de la ciudadanía y no devorado por la turistificación. Apostamos por un gobierno transparente que sea valiente, que defienda y acate la participación ciudadana desarrollando nuevas formas de democracia directa. Esta es nuestra idea de cambio.
Imaginamos una Córdoba orgullosa de su diversidad, del valor de lo público, orgullosa de la gente trabajadora y del pequeño comercio. Imaginamos una ciudad así porque es de justicia. Y queremos recorrer este camino juntas, con cuantas personas quieran, porque creemos en la inteligencia colectiva, desde el municipalismo. Así sí es posible. Porque los cambios valientes, los cambios que marcan la diferencia, sólo se consiguen dándole la palabra a la gente común, a la mayoría, para afrontar los retos climáticos, energéticos y sociales, y defender los Derechos Humanos de las generaciones presentes y futuras. Un cambio valiente es convertir las promesas en realidades. Y, para lograrlo, queremos recorrer este camino contigo.